En Vélez – Blanco, destaca una silueta esbelta, de gran belleza, que parece que nace y crece en un montículo de arenisca y
roca, en cuya falda crecen algunos
pinos y una rala vegetación. Es un
castillo grácil, único, que parece cabalgar entre el
medievo y el renacimiento, como geográficamente lo está entre
Murcia y
Granada.
En palabras de Juan Díaz Casanova, que pone en la boca de su dueño y señor … : » Mi castillo,
palacio y fortaleza se abraza fuertemente cual la hiedra al sinuoso perfil del altozano. Yerto eleva sus
torres de hidalguía hacia el
cielo de mis dominios y tierras ».
El Castillo de los Fajardo recorta su figura en lo más elevado del
pueblo, aportando su imagen familiar durante generaciones, sustituyendo a una fortaleza musulmana previa y acompañando desde el siglo XVI a los
montes Mahimón y la Muela, que forman parte del
paisaje y de la orografía de la comarca desde tiempos inmemoriales.
La visión que se tiene desde el castillo, hace comprender la disposición estratégica y defensiva que tiene como fortaleza palaciega y bélica. Ocupa un auténtico cruce de
caminos entre Murcia, Granada y
Almería y sigue vigilante de un enemigo ya inexistente, pero desgarrado y herido por un expolio de prácticamente todos sus tesoros.