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ALGECIRAS: Estoy escribiendo un nuevo libro al que titulo: Almanzor...

Estoy escribiendo un nuevo libro al que titulo: Almanzor y como Algeciras (Alyazira) fue su cuna natal le dedico su prologo. He aqui este.
PROLOGO

El personaje objeto de este ensayo, Abu Muhammad ben Abi Amir mas conocido como Almanzor, fue un caudillo providencial que apareció en la gloriosa Córdoba, ya algo oscurecida tras la desaparición de su primer Califa Abd-el-Rahman III, quien alcanzó el cenit de su esplendor.
Eran tiempos difíciles pues la muerte de Al-Hakam II, el último Califa, cuyo reinado fue uno de los más pacíficos y fecundos de la familia Omeya, dejaba su cetro a su hijo, Hixem II, un pequeño de once años bajo la tutela de su madre, la vascona Subh pero afortunadamente asistido por un consejo de regencia dirigido por Almanzor.
Hombre de talento y genio militar, había nacido en el seno de una familia modesta árabe, de origen yemeni en Algeciras (Cádiz) y gracias a su tesón y a sus méritos personales, alcanzo las más altas metas en su carrera política.
Perdió a su padre, Abd-Allah tras regresar de un viaje de peregrinación a La Meca (Arabia) y ante esta situación inesperada, concluiría sus estudios de Derecho y de Letras bajo la tutela de sus tíos.
Comenzó desde muy joven de memorialista y después de escribano en las sala de audiencias del Cadi de Córdoba, Muhammad ibn al-Salim y por sus cualidades pronto comenzó a servir a las órdenes del Visir al al-Mushafi, jefe de la Administración civil. Desde allí se convertiría en Intendente del Califa Hixem II y de la Sultana Subh y después se le nombraría Tesorero real o jefe de la Ceca. Era un periodo de turbulencia política y de crisis social, Almanzor fue nombrado Jefe de la policía y tras establecer el orden en la ciudad acechada por malhechores y funcionarios corruptos, alcanzaría un gran prestigio entre los cordobeses que le valió sustituir a su primer ministro Al-Mushafi convirtiéndose en el verdadero gobernante de Córdoba, gracias a sus éxitos conseguidos por su ejército en el Norte de África como contra los reinos cristianos de la Península.
Ocupó el cargo de Intendente general y se atrajo el apoyo de los soldados eslavos y más tarde de los soldados mercenarios constituyendo un verdadero cuerpo de guardia personal.
Tuvo grandes enemigos que le envidiaban por su poder político y en el año 981 tras vencer la rebelión protagonizada por su suegro, el general Galib y sus aliados cristianos, se le honro con el título de “Al-Mansur Bi-Llah o Victorioso en nombre de Dios”.
En la guerra santa alcanzó sus más notables victorias contra los reinos cristianos de la Península, que le llevaría a realizar aceifas y Santiago de Compostela, saqueada en el 997d. C.
La afrenta mayor que Almanzor asentó a los reinos cristianos fue el saqueo en el año 997 d. C contra Santiago de Compostela provocando con ello el terror y la confusión en el mundo cristiano siendo la causa desencadenante del incumplimiento por parte de Bermudo II de León de los pactos establecidos con Córdoba.
El 10 de agosto de este año, Almanzor entro en Santiago, donde sus tropas difíciles de controlar cometieron la desolación en la ciudad pero respeto el sepulcro de Santiago y a un pobre monje anciano que por piedad estaba rezando en la tumba del Apóstol.
Cuentan las crónicas de la época que Almanzor se acercó a él y le preguntó: ¿Que haces? Y el monje le respondió: ¿Rezo en la tumba del Apóstol?
Inmediatamente Almanzor dio orden a sus tropas de que curaran a este anciano y le dejaran orar cuánto quisiera poniendo en una guardia personal para protegerle y el sepulcro fue encontrado intacto cuando regresaron los cristianos.
Su principal virtud del hachib cordobés Almanzor era la piedad que el práctico como un buen musulmán durante toda su vida.
El Sagrado Libro Alcorán en su Sura II, Aleya 172 dice:
“La piedad no consiste en volver vuestras caras hacia Levante o Poniente. Piadoso es el que cree en Dios y en el Juicio final, en los Ángeles, en el Libro, en los Profetas; el que por el amor a Dios da de su haber a sus semejantes, a los huérfanos, a los pobres, a los viajeros, a los que piden; el que rescate a los cautivos, el que hace la oración, el que da limosna y cumple los compromisos contraídos y el que es paciente en la adversidad, en los tiempos duros y en los tiempos de violencias. Estos son justos y temen a Dios”.
Asimismo, el Sagrado Libro Alcorán en la Sura XXX, Aleya 30 dice:
“Volveos hacia Dios y temedle; observar la plegaria y no seáis del número de idólatras”.
El final de su vida llegó viniendo de una campaña contra los cristianos aunque no esta testimoniada por las crónicas de la época, en un lugar llamado Catalañazor, parece ser que según fuentes cristianas fue derrotado y posteriormente sintiéndose enfermo al llegar a Medinaceli murió en la madrugada del 11 de agosto del 1002 d. C, siendo sepultado en la Alcazaba de la ciudad con una sencilla inscripción de dos versos que recordaban su gloria como defensor de la fe islámica.
Además de la descripción del personaje, este ensayo incluye también Al-Andalus y su identidad, su estructura social, económica, fiscalidad y otros aspectos como sus usos y costumbres de la Edad Media, el mundo exterior en esta época, asi como la enseñanza y la medicina, los reinos hispanicos y la nueva Roma: Constantinopla incluyendo también la historia de la presencia musulmana en Hispania terminando con el legado cultural transmitido por la civilización árabe en esta simbólica tierra de España.
Este ensayo es un sencillo homenaje que rindo a la gloria de este providencial personaje andalusí que dirigió los destinos de Al-Andalus en una etapa histórica oscura y que supo con su pericia y liderazgo alcanzar las máximas cotas de esplendor, prosperidad y grandeza.

Julio Reyes Rubio “Al-Mayriti”