Subiendo hacia el
centro histórico de
Arcos de la Frontera por la
calle Corredera, la otra opción es la calle Bolaños, se pasa junto a una de las
iglesias más raras visualmente que podamos encontrar. Parece cualquier cosa menos una
iglesia, tan sólo podemos advertir que estamos delante de un
monumento histórico por el uso del granito y por el estilo de sus
portadas.