En el siglo xix, además de la epidemia de fiebre amarilla y el paso de los franceses, que causaron daños en el
castillo y la
plaza, el hecho más importante para el patrimonio de
Arcos es la desamortización de Mendizábal. Se producen transformaciones de
edificios religiosos y se ponen a la venta posesiones eclesiásticas rurales, que frenaron el incipiente desarrollo industrial, por la transformación de los promotores industriales en terratenientes.