El golpe de Estado del 18 de julio de 1936 y la posterior represión franquista, con al menos ochenta y siete arcenses asesinados abrió paso a la dictadura y a los años del hambre. Desde 1936 hasta prácticamente los años sesenta,
Arcos estuvo dominado por la miseria y el paro agrícola, principales motivos por los que produjo una pérdida de población por la emigración de gran parte de sus jóvenes al extranjero o a las grandes ciudades españolas.