No fue hasta mediados de los años sesenta que comienza una mejora de la calidad de vida ligada al desarrollo del sector turístico, siendo en el período 1950-70 cuando se produce el mayor crecimiento de la ciudad. Hasta principios de los años sesenta se configuró un anillo concéntrico de crecimiento. Pero a partir de esta década comienzan a aparecer nuevas tipologías edificatorias (bloques y viviendas unifamiliares aisladas, pareadas y en hilera) levantadas sobre nuevos trazados, que amenazan la estructura urbana, tanto del original núcleo urbano
amurallado, como de la primera zona de crecimiento y el
caserío tradicional.