Durante la dominación árabe fue llamada Arkos, siendo en ese momento una ciudad floreciente y próspera. Época en que la villa fue amurallada y de la que proviene su compleja trama de manzanas, el trazado de sus
calles, el alcázar
militar, la
muralla, los
molinos, etc. En el siglo XX la localidad se consolida en calidad y desarrollo llegando al actual crecimiento, ya en el siglo XXI la ciudad pasó a ser la
puerta de entrada a la Ruta de los
Pueblos Blancos.