La localidad se convierte en una de las fortalezas más importantes de la zona (de esa época le viene su apellido «de la frontera»). Será Alfonso X el Sabio quien recupera la
plaza para el reino de Castilla. Unos años más tarde, el rey Enrique IV le concede el título de ciudad. La
familia Ponce de
León estuvo muy vinculada a la villa desde su nombramiento como duques de
Arcos, por parte de los Reyes Católicos, título mantenido hasta bien entrado el siglo XVIII.