Un extraño
edificio atrae enseguida mi curiosidad, es el
Mercado de Abastos, situado en el inacabado
Convento de Jesuitas. A partir de aquí, la
calle Escribanos recibe un nombre diferente en cada pequeño recodo del entramado urbano. La calle Cuna nos resulta familiar. ¡Esta calle la hemos visto reproducida en el
Pueblo Español de
Barcelona!