Por cierto, como curiosidad habría que señalar los guardaesquina o guardacantones que tiene esta calle por ambos extremos y que son tan típicos de algunos pueblos para proteger las esquinas de las ruedas de los carros y carruajes. En Arcos estos guardacantones son en su mayoría columnas antiguas que nos trasladan en nuestra imaginación a templos perdidos en el tiempo.