Desde antes de la época musulmana su posición estratégica en un cerro sobre el río Guadalete ya llamó la atención a los romanos, llegándola llamar Arx-Arcis (fortaleza en altura). Pero no fue hasta la llegada de los musulmanes y nombrado reino de taifa cuando Arcos de la frontera comenzó a tener la forma de la que ha llegado hasta nuestros días. En aquella época floreciente la ciudad se amuralló y en su interior se formo una red de manzanas con calles estrechas como las que han llegado hasta nuestros días.