Los orígenes de
Barbate se remontan a la prehistoria, más concretamente, a tiempos remotos del Paleolítico, cuando el pithecantropo practicaba la
caza en estos contornos antes de que ningún tipo de civilización viniera a estorbar la soberanía de la
naturaleza. Antes que el Homo Sapiens dejó también sus huellas el Homo Calpensis o de Nearndertal; de ahí en adelante surgieron los primeros asentamientos humanos.
Se han descubierto en las
calles de Barbate restos de materiales líticos tallados pertenecientes al Paleolítico Inferior, así como
cerámica de la Edad de los Metales.
Esta ciudad acogió asentamientos fenicios, cartagineses y
romanos. Estos practicaban la
pesca del atún por el sistema de almadraba, constituyéndose numerosas factorías de salazones por toda su costa.
Los primeros asentamientos humanos en la comarca de La Janda se remontan al 300 000 a. C.
Los primeros pobladores de las costas barbateñas ya conocían y aprovechaban la riqueza de su litoral, tal y como se representa en las pinturas rupestres de los abrigos de La
Cueva Santa, de Las Marianas o de
Fuente Mariquilla, entre otros, localizados en la
sierra del Retín, al este del término municipal.
Se afirma que en esta ciudad se encontraba asentada la ciudad de Baesipo.
De estas costas era famoso su garum, una especie de salsa elaborada a partir de atún, morena y caballa.
Según diversos yacimientos arqueológicos hoy se sabe que el Portus Baesippocontaba con una factoría de salazones, una necrópolis y un templo.
Barbate, al servir de frontera geográfica entre África y Europa, unido a la existencia de una
vía fluvial, se convirtió en un escenario fácil para los
barcos corsarios, que llevaban a cabo acciones de pillaje en las zonas agrícolas del interior. Esto impidió el asentamiento humano en el litoral, condicionante que se mantuvo durante varios siglos, haciendo de Barbate y sus alrededores unas zonas prácticamente despobladas.
Durante la dominación
romana es cuando la zona cobra mayor entidad. En Barbate se ubicaba el Portus Baesippo, el
puerto de la ciudad de Baesippo, la cual no se sabe si se corresponde en la actualidad con Vejer o con Barbate.
Tras la caída del Imperio
romano en el siglo V y el asentamiento del
pueblo visigodo en
España, el triunfo del cristianismo y el predomonio del mundo rural sobre el urbano se hicieron patentes en la zona con la fundación de varias
ermitas visigodas, entre las que destacan la de
San Paulino, actualmente desaparecida; la de San Ambrosio y la de la Oliva, esta última en el término municipal de Vejer.
En el año 711, el rey visigodo Don Rodrigo fue derrotado por las fuerzas del Califato Omeya comandadas por Táriq ibn Ziyad. Este enfrentamiento, que se discute si tuvo lugar en
Arcos de la Frontera, Medina-Sidonia o en las cercanías de Barbate, se conoció comoBatalla del Guadalete y supuso el fin del Reino visigodo de España y el inicio de la conquista musulmana de la península Ibérica. En esta época, la aldea de Portus Baesippo pasó a denominarse Barbat, y permaneció bajo dominio árabe hasta que en el siglo XIIIAlfonso X el Sabio la reconquistó junto con Vejer, haciéndola depender de ésta.
En el siglo siglo XVI, una vez expulsados los árabes de la Península, la aparición de acciones de piratería berberisca acentuó la inseguridad de las costas gaditanas que ya existía desde la época romana. Este auge de la piratería estaba motivado en parte por el sentimiento de desarraigo de la población morisca expatriada y por el enfrentamiento del Imperio turco contra las potencias cristianas europeas. Ante esto, el rey Felipe II, a través de su comisionado real Luis Bravo de
Laguna, ordenó la construcción de una serie detorres vigía a lo largo del litoral, como las
torres del Tajo, de Meca y de Cabo de Gracia (actual
Faro de Camarinal), próximas a Barbate. Estas torres, pese a estar situadas en lugares estratégicos sobre los
acantilados e incluir artillería, tenían carácter eminentemente preventivo. Además de las torres vigía se construyó el
Castillo de Santiago, actualmente desaparecido, junto al
río Barbate, con el fin de proteger su entrada.
En sus costas tuvo lugar la famosa batalla de Trafalgar, en la que la armada inglesa, al mando del almirante Nelson, derrotó a las escuadras española y francesa, en el año 1805. Barbate se constituye como municipio independiente en 1938.
Tras la Guerra Civil Española (1936-39) la ciudad es rebautizada como Barbate de Franco y en 1998 pierde el apellido de Franco por decreto de la Junta de
Andalucía. Muchos sucesos y circunstancias conforman la crónica particular de Barbate, un pueblo que registra en
monumentos principalmente de tipo religiosos el baluarte
artístico que el tiempo ha querido dejar. De este modo existe la antigua villa romana y posterior templo visigodo que es hoy en día la
ermita de San Ambrosio.