Conocí por primera vez Benamahoma con mi grupo scout y gracias a mi responsable. Desde entonces, siempre he buscado el momento para escapar de la ciudad y adentrarme en ese paraje tan tranquilo y maravilloso. Llevo visitando Benamahoma desde que tenía 19 años, en aquel entonces la acampada era libre, ahora lo visito y disfruto en compañía de mi hijo y esposo con los que pasamos fines de semana en una de las casa del pueblo. Un abrazo muy fuerte a ese pueblo que me aportó amor y respeto hacia la naturaleza y sobretodo porque formó parte de mi juventud.