Su sucesor, el Duque de Alcalá, virrey de Nápoles, mandó traer al arquitecto italiano Benvenutto Tortelo a quien se deben posteriores obras de embellecimiento en este
castillo-
palacio, entre ellas la construcción de dos logias destinadas a la exhibición de
esculturas procedentes de Nápoles. Estas logias, cuyos modelos fueron tomados del
jardín del palacio Belvedere del Vaticano que levantara Bramante, quedaron incorporadas en un jardín concebido a dos alturas, conectados mediante escalerillas y divididos por un
paseo central que llega hasta una bonita
fuente de rocallas, cuyo conjunto, en sus orígenes, presentaba uno de los más claros ejemplos de la elegante jardinería propia del Renacimiento.