Lo cierto es que en 1559 Hernán Ruiz II (que fue Maestro Mayor de la
Catedral de
Sevilla) firmó un contrato para sacar “los cuatro pilares viejos y la
piedra de los materiales” y asentar cuatro
columnas, con sus basas,
capiteles y cimaras, “apretándolas con el alto de los movimientos de los
arcos, con guijas, cal y arena”. Las actuales cuatro columnas del templo no son las que se comprometió a hacer Hernán Ruiz, pues en el siglo XVII se hizo una gran obra. La existencia de los pilares con anterioridad a la firma del contrato por Hernán Ruiz y las disposiciones testamentarias de algunas personas para ser enterradas en la
Iglesia de
Santo Domingo, con fecha anterior a dicho compromiso, es lo que nos hace datar este
edificio entre los ss. XV y XVI