Bornos y se dispone a pasear por sus callejuelas, puede que sienta una especie de dejá vu: “ ¿he estado aquí antes?”. Posiblemente, no, pero es indiscutible que la esencia andaluza de los típicos
pueblos blancos, esa que derrocha paredes encaladas y macetas floridas por doquier, en este rinconcito de
Cádiz, se repite. Qué maravilla: empezamos bien.