LAS COSTUMBRES DE MI PUEBLO. EL NOVIAZGO.
Como refiero en mis anteriores post, después de todas las fases previas al noviazgo por las que el pretendiente debía pasar venía la " puerta ", " pelar la pava ".
INTERVENCION DE LOS PADRES: Cuando los padres ya veian que la niña, ya de forma continua pelaba la pava en la esquina o inmediaciones de su puerta, e informados de quien era el futuro yerno, el padre, a través de la madre informaba a ésta: niña, tú tienes tu puerta para hablar con ese muchacho, así que a partir de ahora a tu puerta. Y así, previa cita del día anterior, siempre después de la cena, llegabas a la ansiada puerta, emitías el silbido de contraseña y ella que ya lo esperaba salía muy contenta a recibirte. Habías puesto una " pica en Flandes". Te sentías el rey del mundo.
EL PADRE: El padre, consciente de que su hija estaba " pelando la pava ", procuraba no salir ni entrar a esas horas, pero si había de hacerlo solía anunciar su presencia con un carraspeo de garganta o un tosido.
EL INCORDION: El incordión solía ser el hermano pequeño, quien muchas veces sin previo aviso abría la puerta y nos cogía con las " MANOS EN LA MASA ".
También era éste el que muchas veces nos traía el vaso de agua.
Sigue...
Como refiero en mis anteriores post, después de todas las fases previas al noviazgo por las que el pretendiente debía pasar venía la " puerta ", " pelar la pava ".
INTERVENCION DE LOS PADRES: Cuando los padres ya veian que la niña, ya de forma continua pelaba la pava en la esquina o inmediaciones de su puerta, e informados de quien era el futuro yerno, el padre, a través de la madre informaba a ésta: niña, tú tienes tu puerta para hablar con ese muchacho, así que a partir de ahora a tu puerta. Y así, previa cita del día anterior, siempre después de la cena, llegabas a la ansiada puerta, emitías el silbido de contraseña y ella que ya lo esperaba salía muy contenta a recibirte. Habías puesto una " pica en Flandes". Te sentías el rey del mundo.
EL PADRE: El padre, consciente de que su hija estaba " pelando la pava ", procuraba no salir ni entrar a esas horas, pero si había de hacerlo solía anunciar su presencia con un carraspeo de garganta o un tosido.
EL INCORDION: El incordión solía ser el hermano pequeño, quien muchas veces sin previo aviso abría la puerta y nos cogía con las " MANOS EN LA MASA ".
También era éste el que muchas veces nos traía el vaso de agua.
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