PREAMBULOS DEL PRETENDIENTE.
Continuación : Si a la solicitada no le " molabas " no aguantaba ni el " royo " del saludo y daba el " capotazo ": si iba acompañada de una sola amiga se pasaba de un lado u otro de ésta tantas veces com tú insistías, si eran tres se metía en el centro y de ahí no salía salvo que con algún amigo aplicaras tú también la estrategia de que éste atacara también el " flanco " con objeto de que ésta también buscara el centro y así sacar a la anterior. Por el contrario, si tú le " molabas " ella permitía ser acompañada y ahí podía comenzar el duro pregrinar del pretendiente.
Esperando con ansiedad que llegase el próximo domingo, día en que te lavabas cara, manos y pies o te bañabas en el río o en el molino ancho, te fregabas los dientes con una muñequilla hecha con carbón, y te embadurnabas el pelo con brillantina o aceite de oliva, estirabas el cuerpo y más pincho que un ocho y con más ilusión que un maletilla volvías al paseo, ¿ estaría allí ?, si estaba e iba en el centro de las dos amigas, buena señal, posiblemente te estaba esperando, ya, con un saludo menos protocolario que el anterior, si abandonaba el centro y se colocaba en un extremo habías conquistado la luna.
Continuará. Saludos de J C.
Continuación : Si a la solicitada no le " molabas " no aguantaba ni el " royo " del saludo y daba el " capotazo ": si iba acompañada de una sola amiga se pasaba de un lado u otro de ésta tantas veces com tú insistías, si eran tres se metía en el centro y de ahí no salía salvo que con algún amigo aplicaras tú también la estrategia de que éste atacara también el " flanco " con objeto de que ésta también buscara el centro y así sacar a la anterior. Por el contrario, si tú le " molabas " ella permitía ser acompañada y ahí podía comenzar el duro pregrinar del pretendiente.
Esperando con ansiedad que llegase el próximo domingo, día en que te lavabas cara, manos y pies o te bañabas en el río o en el molino ancho, te fregabas los dientes con una muñequilla hecha con carbón, y te embadurnabas el pelo con brillantina o aceite de oliva, estirabas el cuerpo y más pincho que un ocho y con más ilusión que un maletilla volvías al paseo, ¿ estaría allí ?, si estaba e iba en el centro de las dos amigas, buena señal, posiblemente te estaba esperando, ya, con un saludo menos protocolario que el anterior, si abandonaba el centro y se colocaba en un extremo habías conquistado la luna.
Continuará. Saludos de J C.
