De velarde 1848
Tan vivo allí se arrebola
El
cielo, al salir el sol,
Que da envidia su arrebol
Al carmín de la
amapola;
Y es de ver la misma ola,
Que en la arena de la
playa
Rumorosa se desmaya,
Como, no lejos, rugiente,
Va a estrellarse en la rompiente,
A los pies de la atalaya.