Se utilizaban treinta mil arrobas de lana en la fabricación de estos textiles. Había diversas industrias auxiliares, tales como el lavado, tinte y abatanado de la lana y unos 4.000 personas trabajaban en la industria. A veces las
fábricas prestaban dinero y materia prima a los trabajadores que, en general, trabajaban en su
casa junto con los demás miembros de la
familia. En otros casos los vecinos compraban la lana por su cuenta y la llevaban a la
fábrica a hilar. La gente tenía sus telares en casa y la familia entera estaba involucrada en el diseño y tejido de los textiles y las mantas que después llevaban a las fábricas a abatanar y cardar.