Hoy en día,
Grazalema es un
pueblo para pasearlo sin prisas por su casco urbano declarado Conjunto Histórico, deteniéndose cuando sea menester para ver trabajar a sus amables artesanos o para charlar con los vecinos del lugar o contemplar el
agua que fluye cantarina en la
fuente romana de la
plaza de
España. Grazalema cuenta con un buen legado artesanal de buenos paños y mantas de pura lana desde el siglo XVIII. Una de las visitas que no hay que perderse aquí es la de su
Museo de
Artesanía Textil. La joya patrimonial de la villa gaditana es la
iglesia barroca de Nuestra Señora de la Aurora, junto a la que se dan cita la iglesia de
San José, la
parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación, la iglesia de San Juan y las
ermitas del
Calvario y de los Ángeles.