Varios son los privilegios que tiene la Basílica Mayor de
San Juan de Letrán de Roma y que por concesión de Pío VI se extienden perpetuamente a nuestra
iglesia grazalemeña y que salvo por error de quien suscribe, no han cesado en tanto que la citada iglesia nunca ha sido desacralizada. Una de estos privilegios, es el relacionado con la posibilidad de celebrar en nuestra iglesia los Jubileos y Años
Santos convocados por los Santos Padres, como el que tuvo lugar precisamente el año de 1775, en el que se inauguró el pontificado del Papa Pío VI. Los jubileos que se vienen celebrando desde el año 1.300, pueden ser ordinarios (inicialmente cada 50 años y más tarde cada 25), o bien extraordinarios, cuando el
Santo Padre quiere destacar algún hecho o aspecto trascendente de la fe.