Hay atestiguada presencia humana en la zona desde el Calcolítico o Neolítico superior atraídos por la riqueza natural del entonces existente Lacus Ligustinus. No está muy clara la identidad de esos indígenas con los que se encontraron los fenicios, pero se atribuye a los tartessos el primer gran asentamiento protohistórico de la zona alrededor del iii milenio a. C. En recientes excavaciones llevadas a cabo en el mes de julio de 2009 en el alcázar de Jerez han aparecido fondos de cabañas así como la huella de la presencia de antiguos silos que parece que correspondían a asentamientos de época prehistórica, concretamente del periodo Calcolítico de hace 5000 años.