Asta Regia, con una extensión de 40 hectáreas, se situaba junto al Lacus Ligustinus, y era una ciudad costera que disponía de puerto propio. La ciudad era un centro cultural y administrativo importante y actuaba como punto de control de los cargamentos de metales que, desde las minas de Cástulo y las riberas onubenses del Lago Ligustino, llegaban hasta Gadir, desde donde se enviarían al Mediterráneo oriental.