Tras la caída de Tartessos en el año en el 500 a. C., la notoriedad del asentamiento dependería de las relaciones con la ciudad de Gadir. Cartagineses y griegos introducirían entonces un nuevo tipo de relaciones de intercambio, priorizando las materias primas a la manufactoría, lo que originaría la aparición de una nueva clase mercantil, en detrimento de la vieja aristocracia tartésica y que desarrolló Gadir hasta convertirse en polis.