En 1264, tras la revuelta de los mudéjares, una campaña
militar de Alfonso X el Sabio incorporó definitivamente la ciudad y su reino a la Corona de Castilla, concretamente al Reino de
Sevilla. Según el libro de repartimiento. Revuelta mudéjar es el nombre que reciben las revueltas de los mudéjares, es decir, los musulmanes andalusíes incorporados por la Reconquista a los reinos cristianos de la península ibérica. El objeto de reparto era el territorio al sur del
río Tajo
ganado a los musulmanes, según un "concesión" que el rey establecía con las fuerzas sociales que habían colaborado en su conquista y las condiciones que se podían obtener con la condición de que se asentaran en ellas. Esta concesión real facilita el asentamiento, fijo generando derechos permanentes, mediante títulos individuales de propiedad.