Cien años más tarde, el 17 de septiembre de 1990, para conmemorar este hecho ambas ciudades comenzaron un proceso de hermanamiento, que no llegó a completarse por circunstancias protocolarias. A comienzos del siglo xx Jerez luchaba denodadamente por combatir la plaga que destrozó las vides europeas y provocó la crisis en las ciudades que dependían del vino casi en exclusividad. Jerez se rehízo, replantó sus viñas con vides americanas, integró en su estructura agraria los nuevos productos agrícolas y diversificó su industria.