La
parroquia bajo la advocación de
San Dionisio Areopagita fue establecida por Alfonso X El Sabio tras la reconquista definitiva de la ciudad en 1264, en el día de San Dionisio, futuro patrón de la ciudad (que a pesar de un error en el
santo, fue mantenida por decreto papal. La
iglesia fue construida en el estilo
gótico propio del siglo xiii, siguiendo las maneras que habían llegado con anterioridad a las
parroquias de
Córdoba y
Sevilla. Ese primer
edificio, cuyo resto más destacado es el
ábside del lado del Evangelio, fue profundamente remodelado en la primera mitad del siglo xv a la manera gótico-mudéjar.