La batalla del Salado fue una de las batallas más importantes del último periodo de la Reconquista. En ella, las fuerzas combinadas de Castilla y
Portugal derrotaron decisivamente a los benimerines, último reino magrebí que trataría de invadir la península ibérica. En su día contó con
cruces repartidas en diversas dependencias del
monasterio, aunque hoy en día sólo queda la
Cruz de la Defensión en sus
jardines.