Ya en el XVI, este acceso es alterado y se construye un nuevo
puente, esta vez de forma estática formando una
pasarela de
piedra caliza y arenisca, cuya parte superior albergaba un pavimento que facilitaría el acceso al recinto de la alcazaba. En el centro del denominado Alcázar, se encuentra la
torre del
homenaje, la torre mejor fortificada y más emblemática situada en el último reducto de resistencia que poseía la fortaleza.