Cuando pasamos la
Puerta del
Reloj nos damos cuenta de la gran restauración que se ha llevado a cabo en el
Castillo. La estratégica situación del castillo convirtió a
Jimena de la Frontera en un importante enclave fronterizo, primero nazarí y después cristiano. Esta ubicación sobre una loma permitía visualizar una amplia panorámica que podía extenderse en días claros hasta el
mar. El castillo fue declarado
Monumento Nacional en 1931 y representa la principal seña de identidad del municipio de Jimena de la Frontera.