Queridos amigos: Desde aquí queremos agradecer publicamente a nuestro querido amigo Diego, la atención que tuvieron su esposa y él, de desplazarse desde Castellón, hasta El Saler, donde nos econtrabamos, pasando unos días, para saludarnos, después de 40 años sin coincidir; doblemente agredecidos por la estupenda comida a la que nos invitaron y por la placentera sobremesa que compartimos. Amigo Diego, os debo una y espero que sea pronto.
Un fuerte abrazo.
Un fuerte abrazo.