En el siglo iii a. C. los
romanos ocuparon todo el territorio peninsular, anteriormente en manos de los cartagineses. En torno al siglo i se construyó un nuevo núcleo urbano que ocupó todo el espacio de lo que hoy es el Conjunto Histórico. Por concesión de César Augusto, la ciudad promocionó su anterior estatus municipal y se convirtió en colonia con derecho
romano (civitas optimo jure). Era conocida por el nombre de Asido (heredera de un nombre turdetano), Caesarina, o, de forma completa, como Asido Caesarina Augusta. Estaba situada en la Provincia Ulterior Bética y pertenecía al
convento jurídico Hispalensis, con capital en Hispalis.