El
ejército real parte de
Sevilla el 15 de julio de 1327, junto al monarca iban numerosos nobles. El asedio dura varios días pero no toda la tropa participa. Otra parte se dedica a saquear los
pueblos cercanos. La guarnición de
Olvera no puede resistir el definitivo asedio cristiano que se apoya en «máquinas e ingenios bélicos» que atemorizan a los moros nazaríes, decidiendo rendir la ciudad a finales del mes de julio. Tras las negociaciones que siguen a la rendición, Ibrahim ibn Utmán consigue que se respete la integridad de la guarnición mora de Olvera y que cada uno de sus habitantes conserve sus viviendas y bienes.