La segunda invasión tiene lugar el 5 de abril de 1810 durando más de dos años. Durante ese período los franceses cometen numerosas tropelías en el municipio, entre las que destacan asaltos a las
iglesias, deterioros en las
murallas y el
castillo, daños en la
casa consistorial y quema del archivo municipal, etc. Además de innumerables pérdidas humanas por parte de ambos bandos.