Tras la reconquista, la población va creciendo y la expansión inicial se produce fuera del recinto
amurallado durante los siglos XV y XVI, siendo el primer
barrio de extramuros el conocido como El Socorro. El núcleo urbano tiene que ir ajustándote a la fisonomía del terreno, grandes pendientes o importantes núcleos rocosos. Las
calles se trazan buscando las pendientes más suaves aunque a veces no se consiguen llegando algunas calles a superar más del 25 % de pendiente, como las calles Salada, Guarino y
El Gastor. En muchas calles se construyen albarradillas para evitar esas pronunciadas pendientes. A partir del siglo xx, se produce el ensanche hacia la parte este adaptándose a terrenos más llanos. Se comienza la construcción de grandes avenidas.