El Peñón de Zaframagón se encuentra entre los términos de
Olvera (
Cádiz) y de
Coripe, en las últimas estribaciones de la serranía de Grazalema, en la zona donde la Subbética entra en contacto con la depresión del Guadalquivir.
El peñón es una mole de calizas y dolomías de paredes escarpadas, cuya cima alcanza los 584 m de altitud. Hacia el este desciende formando una ladera de pendiente suave, que termina en un pequeño escarpe, mientras que las caras oeste, noroeste y suroeste aparecen en forma de farallones de paredes verticales, con más de 200 m de desnivel. La zona del peñón presenta una morfología kárstica característica, en la que destaca la garganta del Estrechón, excavada por el
río Guadalporcún. Se trata de un estrecho cañón de paredes verticales, donde el río se ha ido encajonando y ha originado diversas formas propias del relieve kárstico, como marmitas de
gigante y pozas, en las que se mantiene el
agua en el período de estiaje.
La vegetación del propio peñón cuenta con especies rupícolas que crecen sobre las paredes y los escarpes rocosos. En la zona que lo rodea, y que forma también parte de la Reserva Natural, la vegetación está bastante degradada, encontrándose solamente manchas dispersas de matorral mediterráneo, con algunos ejemplares de encina, acebuche o algarrobo. En las zonas próximas a los
ríos Guadalporcún y Guadalmanil, que se unen en las proximidades del Peñón, existe una vegetación de ribera bien conservada con sauce, fresno y olmo, y otras especies como adelfa y taraje, adaptadas a los cursos de agua estacionales.
En cuanto a la
fauna, el principal interés del peñón reside en la presencia en él de una de las mayores colonias nidificantes de buitre leonado de Europa. Debido a la inaccesibilidad del paraje, también es
refugio ideal para una gran variedad de especies de aves y pequeños mamíferos.
El acceso está restringido, aunque por la
Vía Verde de la
Sierra se puede acceder al entorno del Peñón, fuera de la zona protegida como Reserva Natural.