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OLVERA: Cuando a su nido vuela el ave pasajera quien amparo...

Cuando a su nido vuela el ave pasajera quien amparo disteis, abrigo y amistad es justo que os dijera su cantiga postrera, antes que triste deje, vuestra natal ciuda
Al pajaro viajero que abandonó su nido le disteis un abrigo, calmando su inquitud;! oh ¡tantos beneficios, jamas daré al olvido durable cual mi vida sera mi gratitud.
En prueba de ello os dejo lo que dejaros puedo, mis versos, siempre tristes, pero los dejo asi; porque piemso, a veces que entre sus letras quedo, porque al leerlos creo que os acordareis de mi.

Voy pues a contaros una sencilla historia, que en mi alma desolada, honda impresión dejó; me la contaron... ¿donde?... es fragil mi memoria... acaso el heroe de ella... o bien la soñe yo.
Era una linda rosa, brillante enrredadera, tan pura, tan graciosa, esplendida y gentil que era el mejor adorno de la feliz pradera, la joya mas valiosa del floreciente abril.
Al pie de ella crecia un pobre pensamieto, pequeño, solitario, sin gracia ni color; pero miro a la rosa y respiro su aliento y concibio por ella el mas profundo amor.

Mirando a su querida pasaba noche y dia mil veces ¡ay! le quiso su pena declarar; pero tan lejos siempre, tan lejos la veia, que devoraba a solas su pena y su pesar.
A veces le mandaba sus timidos olores pensando que llegaba hasta su amada flor; pero la brisa, al columpiar las flores, llevaban muy lejos la pena de su amor.
El pobre pensamiento mil lagrimas vertia, desoladoras lagrimas, de acibar y de hiel mientras la joven rosa, sin ver a otras crecia, y mientras mas crecia, mas se alejaba de el.

Llega un jazmin en tanto a la pradera bella tambien el a la rosa al punto que la vio; pero el fue mas dichoso, pudo llegar hasta ella, le declaro su pena, y al fin la rosa amo.
¿Comprendereis ahora al pobre pensamiento, al ver correspondido a su feliz rival?.
¿no comprendeis su horrible, su barbaro tormento al verse condenadoa suerte tan fatal?.
Despues lo trasplantaron; vivio en otras prderas indiferencia, olvido, y hasta placer fingido: miraba flores lindas, brillantes y hechiceras, pero su amor constante y fiel comparecio.

Porfin una mañana, estando muy distante, el cifero le conto las bodas del jazmin el escuchó sonrriente, y ciego y delirante, loco placer fingido, creyo olvidar al fin.
Pero al sigiente dia con lagrimas le vieron las flores, e ignorando su oculto padecer,"Tu lloras, pensamiento, tu lloras", le dijeron:"no es nada, les contesto, es llanto de placer".
Ved la sencilla historia que os ofreci contaros, acaso os entristezca pero la dejo asi.
Adios, adios, ya parto; me atrevo a suplicaros que la leais a solas y os acordeis de mi...... A. T. N. O