Los años parecen duendes y hasta quisieras borrarlos,
pero a veces te sorprendes y no puedes esquivarlos.
Quise volver a su calle como una fiel despedida,
tan solo seria un detalle de aquella triste partida.
Los recuerdos se amontonan sobre mi cerebro humano,
que tan solo seleccionan algún caminar en vano.
Pisar su calle desierta sin amigos ni complejos,
y pensar que sigue abierta aunque yo camine lejos.
Respirar aquel silencio sin que nadie te moleste,
y no temer el desprecio ni seguir mirando al este.
Pisar la calle de noche sin guitarras ni coplistas,
no temer ningún reproche ni pensar que te despistas.
Los ecos ya se han perdido lo note cuando pasaba,
el ayer parece huido, hoy vi como se alejaba.
Las aceras de la calle se revistieron de luces,
“como recuerdo aquel valle con sus voces y sus cruces”.
Los sentimientos se agolpan y el corazón se emociona,
temo de que se me rompan si mi mente no razona.
Es necesario olvidarlo y dejar correr el tiempo,
el futuro hay que amasarlo sin temer jamás al viento.
Las promesas están rotas y los sueños destrozados,
de nada sirven derrotas en tiempos equivocados.
La vida tiene sus broches que debes saber cuidarlos,
sin temer nunca las noches en que puedas celebrarlos.
Brindar en la noche oscura sin temer por el mañana,
hay quien lo llama locura en cualquier noche profana.
Voy a brindar con buen vino de la tierra castellana,
para pedir al destino una vida más humana.
Pasar deprisa sin miedo escuchando las campanas,
sin querer buscar el credo de muchas espigas vanas.
Atrás se queda la historia con sus recuerdos constantes,
de penas luchas y gloria y momentos arrogantes.
pero a veces te sorprendes y no puedes esquivarlos.
Quise volver a su calle como una fiel despedida,
tan solo seria un detalle de aquella triste partida.
Los recuerdos se amontonan sobre mi cerebro humano,
que tan solo seleccionan algún caminar en vano.
Pisar su calle desierta sin amigos ni complejos,
y pensar que sigue abierta aunque yo camine lejos.
Respirar aquel silencio sin que nadie te moleste,
y no temer el desprecio ni seguir mirando al este.
Pisar la calle de noche sin guitarras ni coplistas,
no temer ningún reproche ni pensar que te despistas.
Los ecos ya se han perdido lo note cuando pasaba,
el ayer parece huido, hoy vi como se alejaba.
Las aceras de la calle se revistieron de luces,
“como recuerdo aquel valle con sus voces y sus cruces”.
Los sentimientos se agolpan y el corazón se emociona,
temo de que se me rompan si mi mente no razona.
Es necesario olvidarlo y dejar correr el tiempo,
el futuro hay que amasarlo sin temer jamás al viento.
Las promesas están rotas y los sueños destrozados,
de nada sirven derrotas en tiempos equivocados.
La vida tiene sus broches que debes saber cuidarlos,
sin temer nunca las noches en que puedas celebrarlos.
Brindar en la noche oscura sin temer por el mañana,
hay quien lo llama locura en cualquier noche profana.
Voy a brindar con buen vino de la tierra castellana,
para pedir al destino una vida más humana.
Pasar deprisa sin miedo escuchando las campanas,
sin querer buscar el credo de muchas espigas vanas.
Atrás se queda la historia con sus recuerdos constantes,
de penas luchas y gloria y momentos arrogantes.