En el año 29 el consorcio almadrabero
compra unos terrenos baldíos y yelmos a la
familia Cañizares, entonces propietaria del terreno, por unas doscientas mil pesetas, y allá por el 43 se nombra alcalde del poblado a Rafael Rupoldo Rivera, con lo que pasa a ser pedanía de Chiclana.
Hacia el año 46 se empezaron a forjar los cimientos de las viviendas que albergarían a los almadraberos y chanqueros del atún, encargados de conservar, sazonar y sacar la mojama. De esta forma,
Sancti Petri con su poblado almadrabero se convirtió en un núcleo de población con
familias residentes durante todo el año, con su
iglesia, un
cine, un
bar, su
plaza, dos
colegios para los hijos de los habitantes y temporeros,... y otras que venían de marzo a agosto, durante la temporada de
pesca de los grandes peces.