A finales de los años 60 el
pescado comenzó a escasear, lo que unido a una pésima adminsitración por parte de los que hacian pocas fechas se habían heco cargo de su gestión, hizo que a finales de la temporada del 73 se disuelve el consorcio, con el consiguiente esparcimiento de las
familias que allí moraban. Desde entonces, las
casas,
iglesia y
tiendas se han ido deteriorando y ofrecen un aspecto desolador para los que allí vivieron, pero fascinante para los escasos visitantes que tienen la oportunidad de descubrirlo.