El
Castillo de
Sancti Petri (en castellano,
Piedras Santas) es una fortificación de carácter defensivo y trazado irregular, que está enclavado en el islote de Sancti Petri, situado en
aguas del Atlántico y perteneciente al municipio de
San Fernando (
Cádiz). Este baluarte formaba parte, en la época en que era usado, de la línea de fortificaciones que protegían la entrada del
caño de Sancti Petri, brazo de
mar que desemboca frente al islote, junto a las baterías defensivas de la punta del Boquerón (la batería de Urrutia, la batería de San Genís y la batería de Aspiroz), formando un conjunto de importancia estratégica y
militar para la zona. La
torre-atalaya es la construcción más antigua del conjunto, ya que data del primer cuarto del siglo XVII (allá por 1610). El resto de la construcción, las
murallas y el interior del recinto, datan del siglo XVIII. Aunque existe constancia de asentamiento humano en el islote anterior a la construcción del castillo, concretamente de la Edad Antigua, cuando existió un templo de origen fenicio, conocido como Templo de Hércules Gaditano. En esta época el islote no existía, pues se situaba en la isla principal del archipiélago gaditano, la isla de Kotinoussa, que se extendía hasta la actual Cádiz.