La
Ermita de Nuestra Señora del Carmen se encuentra en Bajo de Guía, al final de la avenida de Bajo de Guía, en la localidad de
Sanlúcar de Barrameda.
La ermita se inaugura en 1896, habiendo sido patrocinada por una Junta de Damas sanluqueñas. En 1983 se pintan en el interior unos frescos de temática marinera, representándose en ellos personajes del
barrio, por el pintor sevillano Francisco Maireles Vela, a quien se le dedicará la
calle contigua (calle Pintor Maireles).
La ermita, bajo el ministerio del sacerdote Narciso Climent, depende de la
iglesia parroquial de
Bonanza. Cuenta esta
capilla con tres imágenes, todas las tallas con la misma advocación del Carmen, con el Niño Jesús y sobre peana representando una
barca. La titular preside la ermita, y una de menor tamaño se encuentra en el lateral; la tercera talla situada habitualmente en una contracapilla, en la calle Pintor Maireles, sustituye en el
altar a la titular durante su salida procesional.
La titular estrena corona en el 2008, donación anónima, tras haber sido coronada canónicamente la semana precedente a su
procesión por el Obispo de
Jerez de la Frontera.
En 1984 se fundó la Hermandad de Nuestra Señora del Carmen en Bajo de Guía, que tiene su sede en la ermita.
Se celebra la Velada de la
Virgen del Carmen de Bajo de Guía al final del mes de julio, el último fin de semana, con actuaciones musicales y atracciones para niños.
La Virgen del Carmen, la talla de menor porte, es sacada en barca por el
río Guadalquivir en estas fechas, el domingo, en una procesión marinera de ida y vuelta a
Chipiona, que tiene lugar por la mañana. Siendo transportada hasta la
embarcación en andas por una docena de porteadores, seis en cada
banda.
En la tarde y
noche del mismo día se realiza una segunda procesión, esta vez terrestre, de la imagen titular (la mayor) por las
calles de Sanlúcar de Barrameda. La canastilla y la peana simulando una barca son de plata, diseño de Francisco Maireles; el paso es portado por tres filas de 16 porteadores cada una. Llega en su recorrido hasta la Calzada del
Ejército, regresando por el
paseo marítimo, siendo especialmente pintoresco su transcurso
nocturno tanto su trayecto por la
playa como por las calles de Bajo de Guía.
Esta procesión recibe numerosas muestras de devoción, en especial a modo de cantes, como sucede delante del club náutico, en la playa o desde el Real Fernando, entrando en el
agua el paso ante el
homenaje que se le da desde el
barco, a escasos metros