Como curiosidad, a lo largo de los siglos intentaron conquistar esta localidad hasta siete veces y de ahí su nombre en latín: septem nihil. O lo que es lo mismo, siete veces nada. De
bodegas solo conserva su nombre y desde 1985 está considerado Conjunto Histórico y Bien de Interés Cultural. Obviamente lo más fascinante es observar cómo el
pueblo está enclavado en el corazón de la gran
roca gracias a la erosión del
río Guadalporcún; pero
Setenil de las Bodegas va mucho allá de todo eso.