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Tahivilla, bonito nombre para un bonito lugar. Un lugar de desarrollo y con vistas al futuro. El pueblo está lleno de proyectos (inacabados) por mejorar la vida de nuestros vecinos. Nada más entrar verá un magnífico mirador, claro ejemplo de las ansias del ayuntamiento de gastar dinero en cualquier obra que se pueda hacer, a continuación del mirador, unas recientes obras de una acera, muy útil por cierto y con sus escalones y todos para todas aquellas personas que quieran pasear por el extrarradio sin preocuparse de que los pille uno de todos los coches del pueblo. Pero no se demore, siga, siga, que dentro del pueblo hay una gran variedad de plazas, la mayoría de aspecto urbano y moderno llenas de cemento, clara marca del ámbito rural del pueblo. Papeleras no te faltan, y bancos los hay por todos lados, lástimas que la mayoría estén medio rotos o en desuso debido a la disminución de habitantes del pueblo. En las afueras las ganas de renovar el pueblo continúan. Un maravilloso paseo hacia el cementerio con iluminación nocturna para todo aquel que guste de un bonito paseo o el buque insignia de la juventud deportiva de la aldea, el campo de fútbol la cigüeña. El campo de fútbol es el mejor ejemplo de todo lo que pasa en es te pueblo, unas obras que empiezan entre la aclamación de la gente y que parecen demasiado para los que vivimos aquí, pero que al final nunca se acaban y terminan siendo una ruina. O si no miren los vestuarios del campo de fútbol, están totalmente destrozados, las puertas rotas, y en su interior un montón de material de gimnasio sin montar y pudriéndose, alguno de ello ya ha sido hasta robado. ¿Que pasa no lo sabían? Pues sí, porque otros de los proyectos del alcalde fue hacer un gimnasio. ¿Qué donde están hoy todos esos aparatos?, pregúntenselo. Aquí todo lo que se hace se hace así... Muy mal. Y cada vez el pueblo está más muerto. Y si esto sigue así pronto esto solo serán ruinas, y no las de la cooperativa vieja. Gracias.