Se corona con una
capilla mayor de testero recto cubierto por
bóvedas de nervadura de complicado diseño, hoy rota en su base para alojar en su día el
Retablo Mayor, ahora inexistente y sustituido por otro de escaso valor
artístico. La combinación de elementos de
tradición cristiana como los dientes de
sierra, las puntas de diamante o las columnillas suspendidas para que descansen los nervios con otros de ascendencia andalusí, como los
arcos de herradura o los arquillos entrecruzados remiten al taller
gótico-mudéjar que trabaja en Jerez de la Frontera a lo largo de los dos primeros tercios del siglo XV.