Durante la Segunda República Española (1931-1939),
Vejer de la Frontera llegó a contar con 18 000 habitantes repartidos entre el núcleo urbano y las pedanías, sobre todo
Barbate y
Zahara de los Atunes. La crisis económica de 1929 dejó sentir sus efectos con un aumento del desempleo en el municipio, asociado a la baja productividad económica y a las malas cosechas. Durante este período histórico se promulgaron diversas reformas, como la Reforma Agraria, que desembocó en intentos de colectivización de tierras, principalmente latifundios, lo que provocó un aumento de la tensión asociada a la división política y social en el municipio.