Conforman algunas de las más típicas calles del pueblo y, cuando nosotros lo visitamos, las calles estaban vacías, permitiendo imaginar cómo sería Vejer siglos atrás. Por aquí podrás perderte entre los estrechos callejones que serpentean justo detrás de la muralla de la ciudad. Hay arcos, balcones con flores y callejuelas sacadas de un cuento. Es en lugares como éste donde yace el verdadero romance de Andalucía.