Durante el siglo XIV, Vejer fue conocida por sus
molinos de viento. Seguramente tengas referencia de los molinos de viento gracias a las aventuras de Don Quijote luchando contra “sus
gigantes” en La Mancha. Estos molinos de viento fueron construidos para moler la harina en el
barrio de
San Miguel. Eran movidos con la ayuda del
agua, dado que en Vejer los vientos no eran tan fuertes como en la Mancha. Ahora se han preservado como parte de la
historia de este
pueblo.