En el mismo año Sancho IV concede a la Orden
Militar de Santiago el señorío sobre Vejer y otras
plazas de alrededor, con el fin de consolidar el territorio de manera más rápida, aunque sabemos que dicha orden nunca tomó posesión de Vejer. En 1307, tras una segunda repoblación pasó a ser señorío de Alonso Pérez de Guzmán «El Bueno», que ya estaba en posesión de desde 1299 del señorío de las almadrabas de toda la zona del Estrecho y que tras la toma de Tarifa se había convertido también en el defensor del Estrecho, llegando a ser dueño y señor, después del rey, de estas tierras.